¿Qué es lo que hace el Consejo de Competencias Mineras para ayudar a reducir la brecha que existe en capital humano en minería?
Nuestro objetivo como Consejo de Competencias Mineras es cambiar el eje, de modo que el sistema educativo chileno, cualquiera sea el nivel, empiece a formar gente a partir de los requerimientos de la industria, lo cual es una innovación que se está haciendo a nivel país. Hoy en día, lo que ha pasado es que las organizaciones van entrenando de acuerdo a lo que piensan que el mercado necesita, y un cambio fundamental es que el mercado empiece a decir qué técnicos y profesionales necesita, de qué tipo, cuántos y en qué tiempo. En esa línea, periódicamente se van a estar emitiendo informes con información real desde las compañías, las que irán dando sus estimaciones sobre lo que necesitarán. La Fundación Chile ha venido haciendo esto y ha logrado estimar la demanda agregada, lo cual es sumamente importante, ya que esa información está disponible para todo el mercado.
En el caso de los trabajadores que ya estudiaron y trabajan en minería, ¿habrá algún convenio para que puedan estudiar más?
No aún. Estamos partiendo de abajo hacia arriba, desde los niveles de operadores, posiciones de entrada a la minería, que es donde se necesita mayores volúmenes de trabajadores. Esto lo vamos a seguir desarrollando hasta arriba, hasta niveles mayores. Pero por el minuto estamos concentrados en esto, ya que actualmente es en operadores y mantenedores donde nos estamos quedando cortos. Además, toma menos tiempo formarlos y se tiene un impacto social mayor, ya que es gente que no tenía acceso a la minería y ahora tiene empleabilidad ahí.
¿Por qué pasó que la industria las instituciones educacionales no están alineados, siendo que en Chile la minería es tan importante?
Es una falta de comunicación. Pero la minería es la primera industria que está entregando información sobre lo que necesita. El primer consejo de competencias que se forma es el de la minería y, de hecho, la Ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, está impulsando que otros sectores como la construcción, por ejemplo, también empiecen a hacer esto.
¿En cuánto tiempo cree que esta iniciativa genere un impacto y se vea algún resultado?
Estos son programas cortos y modulares. La idea es que rápidamente se desarrollen las habilidades para poder entrar al sistema y después, la organización siga formando a la persona de acuerdo a lo que necesita. El problema es que hoy hay una brecha entre cómo llega la gente preparada y lo que se requiere. Es en eso que se debe trabajar.
A partir de abril del 2013, anunciaremos 13 programas de ingreso a la minería y de allí seguiremos trabajando con los demás perfiles hasta posiciones de técnico nivel superior. Esta modalidad de entrenamientos tiene un alto componente práctico, que se demuestra en terreno, por lo que será un proceso que irá mostrando resultados paulatinamente. El objetivo es que cuando llegue alguien a trabajar a la minería, esté en condiciones de hacer lo que el mercado minero espera que haga en la posición.