Cantuarias da una mirada al panorama general de la seguridad y prevención de riesgos en Chile.
¿Cuándo empezó a ser más importante el área de seguridad en las empresas chilenas? ¿Hubo algún evento específico que lo gatillara?
Si nos regimos a la historia de nuestro país, esto comienza a tener más relevancia desde la dictación en 1968 de la ley de seguro de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, donde uno de esos acápites señala la necesidad de tener un área de prevención de riesgos acorde al tamaño de la empresa. Desde entonces ha comenzado un camino largo y lento, pero siempre, a mi juicio, de tipo ascendente. Ha habido impulsos importantes con la integración de otros cuerpos legales como el código del trabajo y el de seguridad minera. Ha sido una suma de eventos que han llevado a lo que somos hoy en este tema.
¿En qué se basan para realizar su plan de prevención, en el caso de Colbún?
Tenemos una mezcla de dos ámbitos. Uno es la gestión del riesgo basado en la identificación de los peligros, y la cuantificación del riesgo, que puede afectar a nuestros trabajadores. La otra, a la que estamos dando un fuerte impulso, es la gestión por procesos. La diferencia entre ambas es que esta última busca que el trabajador, entre otras cosas, desarrolle las competencias para ejecutar las tareas y actividades que componen ese proceso. La hipótesis más fuerte es que mientras haya una mejor capacidad para ejecutar bien la labor con un buen entorno, con buenas herramientas, con instructivos y procedimientos claros, con un buen entrenamiento de la gente, los riesgos caen por sí solos.
¿Cuáles son los principales desafíos que hay en materia de seguridad?
A nivel nacional, el principal desafío es actualizar todo el sistema normativo relacionado con la protección de las personas, y el rol de las mutualidades en este tema. Es una ley que ha tenido muy pocos cambios, pero hoy en día -con la inclusión de tecnologías, procesos nuevos y el desarrollo industrial del país- amerita una rápida y urgente revisión.
A nivel particular, las empresas deben desarrollar aún más la participación del trabajador. Aquí hay un tema que es muy importante: existen derechos que uno adquiere como trabajador, pero también tenemos deberes, y ese ámbito ha sido poco desarrollado y exigido en un ambiente laboral.
